FRACTUS Santander - FORO CARARE - OPON

La intervención pedagógica tiene un antes y un después que constituyen las piezas consustanciales en toda práctica educativa. La planificación y la evaluación de los procesos educativos son una parte inseparable de la actuación docente, ya que lo que sucede en las aulas (la intervención pedagógica) nunca se puede entender sin un análisis que contemple las intenciones, las revisiones, las expectativas y la valoración de los resultados. Por poco explícitos que sean los procesos de planificación previa o los procesos de evaluación de la intervención pedagógica, ésta no puede analizarse sin que se contemple dinámicamente desde un modelo de percepción de la realidad del aula en que están estrechamente vinculadas la planificación, la aplicación y la evaluación.

La aplicación de la investigación en el aula , estimula con gran acierto la producción de conocimiento; así el maestro como mediador es el responsable de acercar a los estudiantes al mundo de lo científico; la investigación como estrategia pedagógica ejerce un impacto determinante en la práctica pedagógica, porque el saber y el conocimiento adquieren significado, sentido, se aprende para aplicar; los objetos de aprendizaje, son propuestos por los grupos de estudiantes, según sus intereses y en pertinencia con el contexto donde se desarrollan, de tal forma que en este intento de seleccionar qué aprender, maestros y estudiantes construyen el currículo que quieren abordar en el aula, que se caracteriza por involucrar todas las dimensiones de desarrollo del ser humano en búsqueda de los saberes apropiados para resolver situaciones planteadas; así se está construyendo un currículo integrado y contextualizado, a partir de la puesta en marcha de la pedagogía de la investigación en el aula. La investigación en el aula, permite el desarrollo de un plan de estudios articulado, que se convierte en un puente que vincula la pedagogía del docente con la vida de sus estudiantes y de la comunidad.