La Práctica Pedagógica y Curricular hacia la construcción del currículo.
La práctica educativa intenta planear, organizar y hacer eficaz la educación para que se convierta en una práctica efectiva coherente con sus propósitos. Ahora bien, la función de la práctica educativa se ve con mayor claridad relacionándola con las estructuras sociales; con las instituciones, con sus planes y programas, teorías y acciones, pero también con el contexto social y económico para comprender las causas que generan problemas específicos. Un ejemplo de lo anterior, y que hemos vivido en las veredas de San Vicente de Chucuri es la deserción escolar. En algunos casos los alumnos interrumpen su escolaridad debido a las condiciones económicas y sociales en que viven, quizás otra causa es la violencia intrafamiliar o falta de transporte. Por tal motivo se es necesario investigar qué otras causas explican este problema, y estas habría que buscarlas en el medio social o en la escuela. Ahora bien, Cecilia Fierro dice que la práctica educativa es “una praxis social, objetiva e intencional en la que intervienen los significados, las percepciones y las acciones de los agentes implicados en el proceso”. En esta perspectiva, el quehacer educativo se distancia de la simple aplicación de las técnicas de enseñanza para insertarse en una acción compleja y plenamente intencionada que impacta en varios aspectos que C. Fierro señala como dimensión personal, interpersonal, institucional, social, didáctica y valoral.
Por consiguiente es necesario tener en cuenta la importancia en construir un currículo de acuerdo al propósito de esa práctica educativa, el contexto social, apropiación social del entorno y por ultimo su posterior práctica y evaluación.
Algunas concepciones tenidas en cuenta para el currículo y su construcción parte desde es un proceso de enseñanza que forma a los estudiantes mediante la transmisión de valores, conocimientos y habilidades de modo que estos se asignen a los objetivos propuestos. Los elementos que intervienen en el currículo son: personas (los estudiantes y docentes fundamentalmente); las tareas (las oportunidades de aprendizaje, organizados en áreas, materias, proyectos, etc.); la administración (la planeación, organización, dirección y control de desempeño de las personas que realizan las tareas). El currículo tiene como propósito la formación y el desarrollo en los estudiantes de una identidad, una conciencia, una moral que les permita definirse como personas con conocimiento y habilidades. En consecuencia las concepciones conceptuales sobre currículo pueden agruparse de forma general en:
a) Las que consideran el currículo como contenido,
b) Las que consideran el currículo como planificación y
c) Las que consideran el currículo como realidad interactiva.
Toda construcción curricular, sea un plan de clase, programa de asignatura, disciplina, plan de estudios, etc; responden a un modelo curricular que establece claramente sus fundamentos y fines. Para empezar se debe abordar las posiciones y tendencias existentes en los referentes filosóficos, sociológicos, epistemológicos, psicológicos, pedagógicos y didácticos que influyen en los fundamentos de la posible concepción curricular, sobre las cuales se va a construir el currículo. Es un momento de estudio y preparación del diseñador en el plano teórico para poder enfrentar la tarea de explorar la práctica educativa. El estudio de las bases y fundamentos le permite establecer indicadores para diagnosticar la práctica. El contenido de esta tarea permite la realización de la exploración de la realidad para determinar el contexto y situación existente en las diferentes fuentes curriculares. Se explora los sujetos del proceso de enseñanza-aprendizaje, sus cualidades, motivaciones, conocimientos previos, nivel de desarrollo intelectual, preparación profesional, necesidades, intereses, etc. Se incluye aquí la exploración de los recursos humanos para enfrentar el proceso curricular.
En general se explora la sociedad en sus condiciones económicas, sociopolíticas, ideológicas, culturales, tanto en su dimensión social general como comunitaria y en particular las instituciones donde se debe insertar el estudiante, sus requisitos, características, perspectivas de progreso, etc.
Consecuentemente la construcción solo tiene sentido cuando se aplica, a su vez es la aplicación la que da sentido completa y justifica la función del diseño. La aplicación y práctica curricular demuestra que cada docente mejora su reflexión, por lo que la aplicación adecuada y reflexiva es tan necesaria como el propio diseño.
-Concepción de la enseñanza.
- Indagación (reflexión en la acción).
- Adopción de decisiones pertinentes para innovar la construcción.
- Colaboración permanente respetando la autonomía de cada docente en su aula.
- Crear cultura, clima de acción y responsabilidad compartida que contribuya a la unidad.
- Valorar positivamente los esfuerzos y adaptaciones realizadas.
- Integrar la investigación evaluativa y la crítica sobre el modelo de evaluación diseñado o aplicado.