De acuerdo a lo planteado en la plenaria de la UPI, los docentes coincidimos en que hacer de la IEP una estrategia interdisciplinaria es un proceso lento, ya que requiere mucho compromiso de parte de todos los que participamos. Si observamos en nuestra institución son muy pocas las actividades que se desarrollan de manera interdisciplinaria, ya que hay una gran desarticulación. Cada docente hace trabajos muy productivos desde sus áreas, pero estamos trabajando como islas. Esto realmente hace que el aprendizaje de los estudiantes esté fraccionado y sea poco significativo porque faltan esos hilos conductores que permitan construir un conocimiento interdisciplinar. Una de las falencias que detectamos es que el desarrollo de eventos interdisciplinares es muy esporádico, lo que dificulta intentar establecer una estrategia pedagógica que cumpla con los objetivos de la interdisciplinariedad. Para lograr incorporar la IEP debemos primero fortalecer los vínculos entre cada una de las áreas del conocimiento que se trabajan en la institución.
¿Cómo incorporar la interdisciplinariedad en los procesos de formación estudiantil? Para que existan hilos conductores que permitan establecer vínculos significativos entre las diferentes áreas, es necesario reestructurar el plan de estudios, el cual ha estado diseñado de manera independiente. Al incorporar la IEP se convierte en la excusa perfecta para poder trazar metas interdisciplinarias. Es decir que en el momento en que la formación gire en torno a la resolución de problemas o interrogantes del medio, las áreas no se planeará de acuerdo a una lista de contenidos necesarios para ver, sino que todas buscarán dar herramientas para la resolución de situaciones. Así la investigación se convierte en una estrategia pedagógica que garantiza la interdisciplinariedad del conocimiento.