Debemos dar una mirada a la práctica curricular desde el proyecto educativo institucional y su respuesta al proyecto histórico cultural de la sociedad. Es decir, la práctica curricular no es solo una base de contenidos sino que permite generar condiciones y acciones que permitan llevar a cabo la conclusión de los objetivos propuestos.
Las características de las prácticas curriculares se pueden observar desde su diseño y ejecución, evaluación de contenidos, mejora continua del currículo. Es decir, estas prácticas es un ejercicio evidentemente humano según Restrepo y Campo. Por otro lado, la práctica educativa se convertiría en ese escenario en donde se puedan accionar los contenidos curriculares. Esto es, el lugar de construcción entre profesores y estudiantes para dar lugar a un intercambio cultural, compartir las experiencias y desarrollar la formación.
El diseño, ejecución evaluación y mejora de los contenidos enfocados al accionar hacia la comunidad desde una mirada investigativa.